
MI OPINIÓN
Eurovisión 2025 Final.
El festival parece estar agotado y necesita un reinicio digno de un evento de tal magnitud. El televoto ha dejado claro que, a pesar de que la música debería ser la verdadera protagonista, no lo es. En cambio, la política conservadora se utiliza para favorecer a ciertos países mientras otros quedan relegados a un papel casi inexistente. Y, siendo sinceros, este año deja un evidente aroma a compra de votos y, ¿quizás, bots? Si no es así, ¿cómo se explican los 12 puntos otorgados por España a Israel?
RTVE, como televisión pública, debería considerar retirarse del festival durante un par de años y reflexionar seriamente sobre cómo replantear su participación en Eurovisión. Es algo que siempre he defendido como necesario.
Por otro lado, el público, en lugar de gastar dinero en un evento con el que no está de acuerdo, debería considerar alternativas si verdaderamente quiere mostrar su rechazo a ciertas decisiones de la UER. En cuanto a la preselección nacional del Benidorm Fest, sigue siendo una incógnita cómo se elegirá al próximo representante de España. Es hora de despejar estas dudas lo antes posible.
Fecha: 18/05/2025
MI OPINION SOBRE LAS ACTUACIONES DURANTE LA GRAN FINAL DE EUROVISION 2025.
San Marino
- Mi sensación es que acabarán retirándose, y su posición en el 26 deja bastante claro por qué. Por mucho nombre que tengas, en Eurovisión eso no siempre garantiza resultados. En este caso, que otros canten mientras tú estás detrás de una mesa de mezclas —que además no utilizas— no aporta nada a nivel escénico ni emocional. Gabry Ponte será recordado por muchos temazos, sí, pero con este “Tutta la Italia”, San Marino pasó por Eurovisión sin pena ni gloria. Es solo mi opinión, pero creo que no supieron ni conectar ni destacar… y en este festival, eso se paga caro.
Islandia
- Al igual que San Marino, no era una candidatura que representara una competencia real. Su posición final refleja justamente eso: fue correcta y coherente con lo que ofrecieron en el escenario. Una propuesta que pasó sin hacer ruido, y en Eurovisión eso rara vez se premia.
España
- Una posición injusta, aunque tampoco tenía esta candidatura tan ensalzada como ciertos sectores del eurofandom español. A mi juicio, el puesto 24 no hace justicia: yo la habría situado en un 14 o 16. Melody demostró ser una artistaza —vocalmente estuvo bien y en actitud, notable—, pero sigo pensando que la puesta en escena fue un batiburrillo de elementos sin coherencia clara.
Le daría un 6 en ejecución. Hubo fallos visibles al salir de las cortinas; antes de eso, se la notaba mirando de reojo, pendiente de que algo no funcionaba. Tras la salida, la actuación gana fuerza, pero vuelve a decaer al subirse a la escalinata para lanzar un sostenido que, para mí, sonó extraño. Rezaba para que no gritase el “Valiente”… lo hizo, y eso, personalmente, le restó puntos.
Al llegar al final, crucé los dedos para que no hiciera el helicóptero. Por suerte, se contuvo en ese momento, y eso mejoró el cierre. Peeeroooooo… el helicóptero llegó después de actuar, y sinceramente, para quien solo ve Eurovisión el día de la final, ese gesto quedó fuera de contexto y poco elegante.
Aun así, olé su pepe y olé ella. Un puesto 24 inmerecido, pero como siempre he dicho: no me sorprende. Fui con un perfil bajo respecto a la candidatura española debido a los cambios… y el tiempo me dio la razón.
Dinamarca
- Sigo alucinado con otra injusticia más del televoto. Sissal no merecía esa posición en absoluto… pero, siendo sinceros, tampoco me sorprende. Una propuesta contundente, sincera y muy bien ejecutada que pasó desapercibida para el gran público. Una pena.
Luxemburgo
- Laura Thorn repitió lo que hizo en la semifinal, pero esta vez con más seguridad y empoderamiento. Para mí, no era una candidatura con opciones reales de ganar, pero tampoco merecía quedar en la posición 22. Un puesto 17, incluso un 15, habría sido más justo. Una propuesta correcta, bien defendida, que merecía un poco más de reconocimiento.
Portugal
- Los chicos portugueses llegaron con una canción compleja y arriesgada, que no era fácil de digerir para el gran público. Y que no se me malinterprete, aunque suene duro, creo que el puesto 21 es muy honroso para una propuesta así. Defendieron con dignidad una canción valiente, y eso siempre merece respeto.
Armenia
- Parg fue pura energía y cardio sobre el escenario. Lo vi mucho mejor que en la semifinal: más suelto, más seguro, más explosivo. Aun así, opino lo mismo que con Portugal: era una propuesta difícil de posicionar y, aunque lo dio todo, el resultado final refleja justamente el lugar que ocupó en una final tan competitiva. Eso sí, actitud no le faltó ni un segundo.
Reino unido
- La girl band Remember Monday… creo que ni ellas mismas se creen haber terminado en ese puesto 19. Pero lo cierto es que disfrutaron el escenario con picardía, desparpajo y ese tono desenfadado que las caracteriza. Esa frescura, unida a su soltura al moverse en escena, las aupó hasta esa posición.No fue memorable vocalmente, pero sí un momento simpático que sumó color a la final.
Norruega
- Kyle Alessandro estuvo correcto, aunque se le notó muy nervioso. Hubo momentos en los que parecía al borde de quedarse sin aire… una pena, porque en la semifinal lo hizo muchísimo mejor. Aun así, creo que su posición final en el puesto 18 es buena y justa.Y sinceramente, nada me gustaría más que volver a verlo en el festival. Tiene potencial de sobra y merece otra oportunidad con más rodaje. A veces, no es el año… pero sí el comienzo de algo grande.
Malta
- Miriana sirvió, disfrutó y puso su KANT sobre el escenario como una reina. El televoto la dejó en el puesto 17, y oye… ni tan mal. Fue una propuesta con personalidad, bien defendida y con ese puntito de locura que siempre se agradece en Eurovisión. Malta necesitaba esto. Y nosotros también. Más divas así, por favor.
Lituania
- Para mí, fue un acierto total que Katarsis llegaran a la final. Dejaron claro que lo diferente tiene cabida en el festival, y yo, personalmente, agradezco ese tipo de propuestas que se salen del molde. Su posición en el 16 no deja lugar a dudas: hay un público que valora y disfruta de estas apuestas arriesgadas. Y eso, en un escenario como Eurovisión, siempre suma. Ojalá más delegaciones se atrevan a romper el molde y apostar por la autenticidad. El festival lo necesita.
Alemania
- Bien, correctos…. Su posición en el 15 se entiende perfectamente. Junto a Lituania, confirman algo que ya advertí en su momento: la música electrónica y el rock siguen teniendo una cuenta pendiente en Eurovisión. Son géneros potentes, sí, pero que aún no terminan de encontrar su sitio justo en las votaciones. Eso sí, cuando lo logran, se convierten en auténticos temazos eurovisivos que no se olvidan.
Polonia
- ¡¡Ay Justina, Justina!! Sin más. No considero que sea merecedora de esa decimocuarta posición; para mí, debería haber quedado en el puesto 26. No aportó nada destacable ni a nivel vocal, ni escénico, ni emocional.
Letonia
- Tatumeitas lo bordaron, y sinceramente, creo que son más que merecedoras de ese puesto 12+1. Yo las tenía en el 11, pero bueno… no está nada mal. Han dejado el pabellón altísimo con una actuación elegante, sólida y muy bien construida, llena de identidad y fuerza vocal. Letonia ha vuelto por la puerta grande, y ojalá no tarden en repetir esta fórmula ganadora. ¡Bravo por ellas!
Paises Bajos
- ¡¡Las caras, Juan… las caras!! Me uno totalmente a la expresión de Claude al conocer el resultado del televoto: fue exactamente la misma que puse yo. WTF. Injusto, incomprensible y un golpe directo a una de las grandes propuestas de esta edición. Sin duda, una de las grandes derrotadas del año.
Finlandia
- Era una de mis favoritas para llevarse el micrófono de cristal, pero claro… sería pedir demasiado que una propuesta con carácter, mensaje y autenticidad fuese recompensada. Una vez más, el resultado huele a política y censura maquilladas de diplomacia eurovisiva. Erika merecía ese Top 3 —y con los ojos cerrados— mucho más que cierta participante que, por lo visto, tenía el pasaporte correcto y la compra de Bots adecuada.
Suiza
- No, no y mil veces no. Ser la segunda favorita del jurado y recibir 0 puntos del televoto suena a broma… y a un tufillo que tira para atrás. Tengo que decir que no era, ni de lejos, mi favorita, pero tras ver el conjunto de actuaciones en la final, considero que merecía un puesto en el Top 5. Esto, sinceramente, fue un robo a mano alzada.
Ukrania
- Lo siento, pero esa posición, en mi opinión, no la merecen. Deberían haber quedado del puesto 15 hacia abajo. La candidatura me resulta repetitiva por los mismos motivos que ya hemos comentado anteriormente y que, a estas alturas, no deberían seguir repitiéndose. Se trata de una canción floja acompañada de una puesta en escena mediocre, sin nada que realmente destaque o justifique una posición tan elevada.
Albania
- Considero que el octavo puesto es un resultado muy digno, aunque, en mi opinión, esta candidatura merecía alcanzar al menos la sexta o incluso la quinta posición. Fue una propuesta sólida, bien construida y ejecutada con seguridad. En la final lograron superar claramente a varios de sus competidores, dejando una impresión muy positiva. Personalmente, creo que su actuación fue una de las más completas de la noche.
Francia
- Merecido séptimo puesto de Louane… aunque quizás habría colocado a Albania por delante de esa posición. Aun así, está bien y emotivo. El impacto visual también jugó un papel clave en esta edición. La puesta en escena, los efectos de iluminación y la conexión con el público ayudaron enormemente a realzar las interpretaciones. Es evidente que cada detalle fue cuidadosamente pensado para transmitir emociones más allá de la música, haciendo que la experiencia fuera completa y memorable.
Grecia
- Para mí, es la candidatura que más destaca durante la final si la comparamos con su actuación en la semifinal. No solo hubo una mejora notable en el registro vocal —mucho más sólido y afinado—, sino que también se notó un crecimiento en presencia escénica, confianza y conexión con la cámara. Supieron aprovechar el escenario al máximo, transmitieron emoción y me dejó una impresión bonita. Fue una de esas actuaciones que elevan el nivel de la gala y que, independientemente del resultado, se sienten como una verdadera final eurovisiva.
Italia
- Sé que me voy a tirar a la piscina y que me va a caer mucho hate por lo que voy a decir. Ni me gusta la canción, ni me gusta él, ni me gustó la actitud de algunos de los representantes de la delegación italiana. Lo digo por ese tal Francesco que, ya fuera por intentar hacerse el gracioso o porque realmente lo estaba, parecía salido de un after hours y con signos evidentes de embriaguez. La imagen que ofreció durante la entrevista en la Green Room antes de las votaciones me pareció penosa.
Igual de lamentable me parece lo que considero un trato de favor por parte de la UER al subtitular su canción en inglés, cosa que no se hizo con el resto. No sé si esa posibilidad se ofrece a todas las delegaciones, pero sinceramente, huele fatal.
Suecia
- Para mí eran los ganadores, pero viendo el panorama eurovisivo actual, fueron relegados a una cuarta posición que, teniendo en cuenta cómo está el Top 3, es una INJUSTICIA. Creo firmemente que deberían haber quedado en tercera posición, por delante de Estonia.
Estonia
- Para mucha gente, la sorpresa de la noche, con un televoto muy a su favor del que hemos hablado mucho tiempo, es una canción que ya auguraba un buen resultado. Así que era una de mis favoritas del top 10; un tercer puesto… ¿qué queréis que os diga? Me alegra, aunque otras lo merecían mucho más.
Israel
- La canción es buena, y aunque no nos guste hablar del tema, como propuesta musical lo es. Sin embargo, como delegación, son los mayores jugadores y compradores de votos de la historia reciente del festival. No merecen ese puesto, y su clasificación huele tan mal como el reguero de destrucción que arrastran a sus espaldas.
Austria
- No era, ni de lejos, mi gran favorita, pero viendo lo que teníamos justo detrás, me alegra muchísimo que haya sido la canción ganadora de este 2025. Y de paso… ¡España gana doblemente!. Enhorabuena a Sergio Jaén, a su equipo y a Borja Rueda por este triunfo que también es un poco nuestro.
Como ya pasó el año pasado, esto supone un revés para ciertas aspiraciones que parecían intocables… pero Eurovisión, amigos, no perdona la soberbia ni la estrategia sin alma. Aquí gana quien conecta, no quien calcula.
Conclusión general
Eurovisión 2025 nos ha dejado una edición intensa, variada y, como siempre, llena de momentos para el recuerdo... y para el debate. Entre injusticias flagrantes, revanchas inesperadas y sorpresas agradables, el festival volvió a recordarnos que aquí no solo se vota con los oídos, sino también con el corazón (y a veces con intereses cruzados).
He intentado valorar cada actuación desde el respeto, la coherencia y la pasión por este evento que tanto nos da. No todas las posiciones me parecen justas, pero cada propuesta aporta algo al gran mosaico eurovisivo.
Y aunque algunas delegaciones salieron reforzadas y otras quedaron por debajo de las expectativas, lo importante es que seguimos celebrando la música, la diversidad y el espectáculo… a nuestra manera. Porque si algo tiene Eurovisión es que nunca deja indiferente.
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